La ira nos hace perder el control y nos impide buscar soluciones.
Los niños reaccionan violentamente con gritos, lloros y pataletas (rabietas) cuando no consiguen lo que quieren y no son capaces de controlar su ira o frustración.
Pero lo que no es tan evidente es lo que Goleman nos dice en su libro “Inteligencia emocional”:
– “… En muchos casos, las peleas del recreo se derivan de la interpretación errónea de mensajes neutrales como si se tratasen de expresiones de hostilidad. Por otro lado, las niñas que desarrollan trastornos de la alimentación no logran diferenciar el enojo de la ansiedad y del hambre”.
Por eso es tan importante ser capaces de expresar las emociones, de reconocerlas en los demás y de ponerles nombre, este simple hecho nos ayudará a controlar su potencia y así conseguir resolver el conflicto de forma constructiva.
Así que, sé consciente de lo que estás sintiendo y respira hondo concentrándote en la respiración, esto te hará generar hormonas beneficiosas y te sentirás mejor.